Espacio y tiempo de la acción de los capítulos leídos


Cuando empezamos a leer esta novela nos damos cuenta de un rasgo característico de la obra y es que, a diferencia de los libros de caballerías que se localizan en lugares lejanos, imprecisos y habitualmente imaginarios, el recorrido que lleva a cabo don Quijote se da en una localización conocida y cercana, mas específicamente en La Mancha.

En el Quijote se narran 3 salidas, de las cuales hemos leído 2, correspondientes a la primera parte de la novela. La primera de ellas dura 3 días, previa a los 18 días que está de descanso, antes de emprender la segunda. Ambas salidas se llevan a cabo en los campos de Montiel, los que se mencionan hasta cinco veces.





La situación geográfica del Campo de Montiel, situado entre la Meseta, Andalucía y el sur de Levante, lo define como zona de paso. Al estar hablando de una zona deprimida, apenas se han dados cambios paisajísticos o geográficos desde el siglo XVI, y pese a las muy escasas variaciones, aún podemos apreciar algunos rastros del escenario de El Quijote.






Un importante elemento territorial, presente en la obra de Cervantes, es el conjunto de fábricas y molinos, que aparecen en el capítulo VIII de la primera parte de la obra,  titulado "Los molinos de viento". Estas industrias están situadas a lo largo de los principales ejes fluviales de la comarca.




        Si hablamos del tiempo interno que pasa mientras discurre la acción, podríamos dividirlo en 2 partes: desde que comienza el transcurso de la novela hasta que lo devuelven y cuando de nuevo se reanuda su viaje.


En la primera de las salidas emplea tres días. Cervantes nos lo indica con referencias, como cuando redacta que es viernes, por eso se servía bacalao en la venta, y que a mitad de domingo cuando don Quijote llega de vuelta a la aldea. La acción prosigue con 18 días de descanso, a los cuales le siguen una segunda salida de dieciocho días.




Este es un mapa en detalle del recorrido que realizó don Quijote a lo largo de toda la obra. La primera parte (1605) relata las dos primeras salidas por tierras de la Mancha y Andalucía.


Desde el inicio se crearía ya una polémica respecto a la posición de salida, pues esta viene indeterminada, tanto al inicio, como a lo largo del libro, la popular frase: "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme". Hay quienes identifican este lugar como Argamasilla de Alba, otros consideran que es Villanueva de Los Infantes, aunque más unanimidad entre los que defienden que es Esquivias. 


En su primera salida, la mas corta, que tiene lugar en los cinco primeros capítulos, don Quijote viaja solo. Cervantes deja entrever como es la imaginación de nuestro protagonista y cuales serán los pensamientos, fantasías y locuras que le acompañan durante este largo viaje. En esta primera salida se nos muestra como don Quijote deforma continuamente la realidad, llegando a confundir las ventas con castillos, y también a unas mujeres de bajo extracto social con doncellas de alta alcurnia.


Esta primera salida se produce en tres días. Don Quijote es nombrado caballero en una venta de Yuncler, posteriormente se dirigiría a Alameda de la Sagra, para volver a Esquivias (hipotético lugar de inicio) pasando por Borox.


Tras 18 largos días de descanso, don Quijote pone rumbo, ya con Sancho Panza, a su nuevo destino, dando comienzo así su segunda salida. Partiendo de Esquivias por la noche, llega al siguiente día a los mencionados molinos de viento en Campo de Criptana. La ruta siguió, en este orden, las siguientes localizaciones geográficas: Aranjuez, Ocaña, Quintanar de la Orden y El Toboso, lugar de residencia de su amada Dulcinea. Desde los molinos de viento llegan a Puerto Lápice. De nuevo nuestros personajes se desplazan al valle de la Alcudia, tras pasar por Miguelturra, cercano a Ciudad Real.


El siguiente mapa está hecho siendo Esquivias el pueblo de salida, pese a esto, aunque que varíe mínimamente este punto, todos los caminos desembocarían en el mismo sitio y desarrollarían prácticamente la misma trayectoria.




Este fue el rumbo que tomo don Quijote en sus cabalgadas por la España del siglo XVI-XVII.


Existen pequeñas variaciones respecto a los mapas antiguos, precisamente por los cambios y transformaciones geográficas que se han dado debido al paso del tiempo.



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